Este plato es perfecto para los días de frío, aunque a mi gusta durante todo el año.
Esta receta es de mi madre, inicialmente era con guisantes, pero en casa no nos gustaban y los cambió por judías verdes.
Ingredientes:
120 grs. Arroz (1 medida)
6 medidas de agua.
1 muslo de pollo troceado.
1 Hígado de pollo.
2 Alcachofas.
100 grs. Julias verdes.
½ Tomate.
Azafrán en polvo.
Aceite y sal.
Primero vamos a preparar todos los ingredientes de la receta: le quitamos la piel al pollo, esto es opcional; rallamos el tomate, lavamos las judías y les quitamos las puntas, limpiamos las alcachofas quitando las hojas mas duras, las cortamos por la mitad y quitamos los pelillos del corazón, esto último también es opcional.
Ponemos la olla al fuego, añadimos el aceite justo para cubrir toda la base, cuando esté caliente sofreímos el pollo y el hígado hasta que se dore un poco, seguidamente añadimos las alcachofas y mezclamos; después las judías y mezclamos; incorporamos el tomate y mezclamos; añadimos sal y el azafrán. Removemos mezclándolo todo muy bien y agregamos el agua. Dejamos cocer a fuego medio durante unos 15’.
En
esta foto se ve el color resultante pasados los 15’
Es
el momento de añadir el arroz, pero antes debemos rectificar el punto de sal,
para ello probamos el caldo, si es necesario rectificamos. Ponemos el arroz,
mezclamos y dejamos cocer unos 16’-18’ dependiendo del arroz elegido.
Nota:
Si
pasados 10’ ves que falta caldo, puedes añadir “agua caliente”, añade ½ medida o mas y remueve.
Saber
la cantidad de agua puede ser complicado, es cuestión de práctica, debes hacer
varias veces esta receta para cogerle el punto. Pero que esto no te amilane, en
realidad es una receta fácil.
Otra
opción es tomar la medida de agua una vez han pasado los 15’ de cocción sin el
arroz, es decir, cuando el caldo esté preparado antes de añadir el arroz,
puedes quitar la olla del fuego, pasar el caldo a otro recipiente y volver a
incorporarlo midiéndolo, si falta caldo solo tienes que ponerle agua.
Otra
anécdota de este plato es que todos los hermanos queríamos hígado, mi madre siempre
tenía que añadir más cantidad para que nos llegase a todos; a los niños nos gustaba
machacar el hígado con el tenedor y mezclarlo bien con el arroz, esto le daba
una tonalidad marrón y un sabor muy especial. También es una manera de que los más
pequeños de casa coman vísceras.
Este arroz me viene genial que a mi marido le encanta.
ResponderEliminarY a mi me ha gustado mucho el formato de tu cocina, me quedo en ella.
Besazos.
Que bien que te guste, muchas gracias por quedarte.
EliminarEva
Buenisimo, un arrocito caldoso en invierno revive a un muerto.
ResponderEliminarYo hoy lo he hecho de pato cuando lo suba ya te aviso.
Un besito
Ok, con pato no lo he hecho nunca, ya me avisas y lo probaré.
EliminarEl otro día me dijiste que el arroz de mamá estaba en tu blog, qué alegría, la verdad es que lo hago igual que tú o que ella, pero me viene genial para transcribirlo a mi cuaderno de recetas. Gracias hermana.
ResponderEliminarSi Merche, el arroz caldoso de mamá, es una receta entrañable y ahora que ella ya no está, se ha convertido en una receta muy sentimental.
ResponderEliminarGracias por pasarte por el blog.